martes, 6 de marzo de 2018

Reseña sobre "El chico de las manos azules"

En esta entrada, vamos a hablar sobre El chico de las manos azules. (CANSINO, Eliacer -2014-. Madrid: Bruño). Este libro de 218 páginas de extensión, perteneciente a la literatura juvenil, es un reflejo de la vida misma, en el que, de una manera realista, podemos ver muchos dramas que asolan el mundo a diario: las guerras, la miseria, la delincuencia, la superioridad de unos sobre otros mediante el miedo y el chantaje, la posibilidad de perderlo todo en un abrir y cerrar de ojos, los que no tienen nada, los que se juntan con otras personas por el mero interés, cómo el hecho de ser diferente a los que tienes a tu alrededor puede suponer una dificultad... Enmarcado en dos lugares diferentes: Yugoslavia y el barrio ficticio de El Gol. No solo se ven estos dramas, además podemos ver, gracias a los numerosos y relevantes personajes de la historia (Franz, Illia, Cuf, el viejo Dimitri, los hermanos Bukowsky, los asistentes sociales, Nigudín...), diversos puntos de vista acerca de todos aquellos problemas y la forma en la que hay que afrontarlos. De todos esos puntos de vista, los que más llaman la atención son los de Franz e Illia, sobre todo el primero. Un chaval normal con una vida normal que ha tenido que dejarlo todo atrás, incluido a su familia, para intentar poder vivir una vida mejor, para luego acabar en un lugar en el que ninguno de los lectores desearía acabar, haciendo cosas que ningún niño debería hacer. Pero, a pesar de todo, pudo avanzar sin dejar de olvidar su pasado y conseguir madurar más pronto de lo que debería ser. De este personaje, lo que más quiero resaltar, es la forma que tiene de mirar a los demás, distinguiendo a los amigos de los enemigos, con una mentalidad y un comportamiento que denota una pureza y un sentido de compasión y solidaridad que pueden envidiar a muchas personas, además de que es inevitable que te consiga sacar una sonrisa. Quizás por eso sea un extraterrestre con las manos azules, más que por la procedencia, porque la manera de ver las cosas y de llevarlas son tan únicas que hacen que sea un personaje totalmente distinto a los demás, haciendo que ellos saquen lo bueno que tienen en su interior, aunque se quieran vengar de él.
Mirarás a sus ojos y verás una luz al fondo. Entonces sabrás que es la persona indicada.
Esta frase, que le dijo el viejo Dimitri a Franz, aunque el segundo tuviera dudas de lo que tenía que hacer, vemos que, tarde o temprano, conseguía ver esa luz al fondo e, incluso, encender esa luz a todo aquel que nunca la ha tenido.
En cuanto al personaje de Illia, se puede apreciar que, estando en una situación similar a la de Franz, lo lleva con un mayor realismo, pero nunca sin dejar su sueño de ser músico y de vivir de ello, además de darle a todo el mundo ese placer que solo se puede conseguir con un violín (le da a esto más importancia que a lo demás), haciendo todo lo posible para ello, incluyendo hacer un trato con el malvado Nigudín. Eso es mejor de Illia, que, a pesar de todas las adversidades, siempre tiene que ir por delante de todos sus principios y sus sueños.
En conclusión, esta novela nos puede enseñar cómo otras personas viven peor que nosotros, la manera en la que se sobrelleva esa situación, además de que nos puede enseñar a vivir la vida al máximo, apreciar lo que tenemos hoy y, en cuanto al desplazamiento que sufren los dos protagonistas, es una manera de ver lo que sufrieron los antiguos yugoslavos en este momento y también de concienciar los desplazamientos masivos que estamos viendo en la actualidad.
Para terminar la reseña, quiero citar una frase del libro en el que habla tanto de la literatura como de la vida misma:
Los libros son para los jóvenes, pero los leen los viejos. La vida está mal hecha: cuando más nos interesaría leer para comprender la vida, no tenemos tiempo más que de vivirla; y cuando la vida va dejándonos de lado, entonces queremos comprenderla con los libros. ¡Demasiado tarde! También los árboles parecen entender a los pájaros en invierno, cuando ya han perdido las hojas y luego no regresan.

jueves, 1 de marzo de 2018

Los paratextos

En esta entrada, hablaremos de qué son los paratextos, así como para qué sirven, qué tipos hay y qué información nos dan. Vamos a manejar un libro como ejemplo para comprobar si los paratextos que utilizan la editorial son realmente útiles para el grupo de edad recomendado. El libro que se va a usar es La bruja hermosa (GOYTISOLO, José Agustín -2000-. Barcelona: Edebé, D.L.).
Pero, ¿qué son los paratextos? Un paratexto es toda aquella información que no es propiamente literaria, pero proporciona información a los destinatarios. No leen el libro, pero se informan mediante los paratextos para saber, por ejemplo, si los compran o no; y al hacer eso, podemos darnos cuenta de la importancia que tiene esa información, ya que, a la hora de contar el cuento, si el niño nos pregunta, tenemos algo más de información para poder contestar (CERRILLO, 2015: 43 – 44). No obstante, no solo hay que mirar los paratextos antes de comprarlo, sobre todo con los primeros lectores, ya que, por ejemplo, se fijan bastante en las ilustraciones, con lo que habría que fijarse en la calidad de los mismos, aparte de la calidad de la historia, claro (CERRILLO, 2015: 47).
Entre los paratextos nos podemos encontrar con dos tipos, que son los siguientes:
  • Peritextos: textos alrededor del texto, pero dentro del mismo (tipografía del título, el propio título, el nombre del autor o ilustrador, sinopsis, colección).
  • Epitextos: fuera del texto (catálogo, crítica, publicidad, foros de Internet, comerciales -los que van al colegio a recomendarlos-, cuadernillos de actividades).
En los dos nos encontramos la edad recomendada (a partir de X años). En un alto porcentaje, funciona; cuando no funciona, suele ser por una confusión que pueden provocar los paratextos (CERRILLO, 2015: 29). Como profesor, hay que leerlos antes de recomendarlos.
Los niños hasta año y medio solo tocan y juegan. La voz solo la usan para hacer ruido, sin verbalizar, aunque entiendan frases sencillas. Con el tiempo, empezarán a empezar a ojearlos.
De año y medio a tres, la media parece de lo que pueden decir es de 200 a 300 palabras hasta de 500 a 750 palabras. Controlan canciones y rimas, piden cuentos y que no cuenten otros, siempre los mismos, para poder participar en las historias que ya conocen. Hay que escuchar lo que dicen, preguntar para desarrollar el habla y la conversación, no perder los hábitos de la comunicación, leer habitualmente y facilitar medios para que se afiancen con la lectura.
De cuatro y medio a seis años vemos lectores casi autónomos y competentes, usan frases completas, empiezan a escribir, memorizar, coger los libros de manera correcta, se usan las lecturas compartidas, las que pueden fijar vocabulario, sin perder el sentido lúdico, cuentan historias, se reúnen experiencias (ellos cuentan experiencias). Se suele ir haciendo conscientemente.
De manera resumida, y de acuerdo a Piaget, podemos dividir todo esto en dos categorías, comprendiendo la primera desde los cero hasta los tres años, mientras que la segunda sería entre los tres hasta los seis años. Son las siguientes:
  • Estadio sensoriomotor (0 a 3 años): en este estadio, caracterizado por ser una etapa de ritmo y movimiento, nos encontramos con temas muy sencillos, lleno de sinsentidos, relacionados con el entorno que habita y elementos sensoriales: nanas, canciones... Con una estructura muy sencilla, carente de contenidos y con expresiones y frases realizadas de tal forma que lo pueda entender. En cuanto al formato del libro, suelen ser grandes, al igual que la letra y las ilustraciones que los acompaña.
  • Estadio preoperacional (3 a 6 años): bastante parecido al anterior, esta etapa es de preparación y aprendizaje de la lectoescritura, y vemos temas también relacionados con el entorno que habita, a lo que se añaden fábulas y cuentos con cierto ritmo en el que se ven enseñanzas sobre la vida diaria. En cuanto a la estructura, vemos que también muy sencilla, en la cual, prima la sucesión de hechos sobre el mismo argumento, con expresiones fáciles de entender y hecho de tal manera que también se pueda leer de manera individual. En cuanto al formato del libro, también suelen ser grandes, al igual que la letra y las ilustraciones que los acompaña, teniendo más importancia que el propio texto.
En cuanto al ejemplo de La bruja hermosa, podemos ver que cumple más bien los requisitos que hemos visto en el estadio preoperacional. Con imágenes del cuento, veremos cómo se cumplen esas características.
  • En la primera página, vemos cómo se cumple la característica que se refiere en cuanto al entorno que rodea al lector.
  • En cuanto a la sucesión de hechos, aunque el argumento sea muy sencillo, es muy evidente. Hay dos páginas en la que se muestra eso.
  • En esta página, podemos ver que las expresiones y frases del cuento son muy sencillas.
  • En cuanto al formato del texto, vemos que las ilustraciones están por encima de los textos en cuanto a importancia; y los textos son grandes y escritos de tal forma que puedan ser entendidos perfectamente.