En esta entrada, hablaremos de qué son los paratextos, así como para qué sirven, qué tipos hay y qué información nos dan. Vamos a manejar un libro como ejemplo para comprobar si los paratextos que utilizan la editorial son realmente útiles para el grupo de edad recomendado. El libro que se va a usar es La bruja hermosa (GOYTISOLO, José Agustín -2000-. Barcelona: Edebé, D.L.).
Pero, ¿qué son los paratextos? Un paratexto es toda aquella información que no es propiamente literaria, pero proporciona información a los destinatarios. No leen el libro, pero se informan mediante los paratextos para saber, por ejemplo, si los compran o no; y al hacer eso, podemos darnos cuenta de la importancia que tiene esa información, ya que, a la hora de contar el cuento, si el niño nos pregunta, tenemos algo más de información para poder contestar (CERRILLO, 2015: 43 – 44). No obstante, no solo hay que mirar los paratextos antes de comprarlo, sobre todo con los primeros lectores, ya que, por ejemplo, se fijan bastante en las ilustraciones, con lo que habría que fijarse en la calidad de los mismos, aparte de la calidad de la historia, claro (CERRILLO, 2015: 47).
Entre los paratextos nos podemos encontrar con dos tipos, que son los siguientes:
Entre los paratextos nos podemos encontrar con dos tipos, que son los siguientes:
- Peritextos: textos alrededor del texto, pero dentro del mismo (tipografía del título, el propio título, el nombre del autor o ilustrador, sinopsis, colección).
- Epitextos: fuera del texto (catálogo, crítica, publicidad, foros de Internet, comerciales -los que van al colegio a recomendarlos-, cuadernillos de actividades).
En los dos nos encontramos la edad recomendada (a partir de X años). En un alto porcentaje, funciona; cuando no funciona, suele ser por una confusión que pueden provocar los paratextos (CERRILLO, 2015: 29). Como profesor, hay que leerlos antes de recomendarlos.
Los niños hasta año y medio solo tocan y juegan. La voz solo la usan para hacer ruido, sin verbalizar, aunque entiendan frases sencillas.
Con el tiempo, empezarán a empezar a ojearlos.
De año y medio a tres, la media parece de lo que pueden decir es de 200 a 300 palabras hasta de 500 a 750 palabras. Controlan canciones y rimas, piden cuentos y que no cuenten otros, siempre los mismos, para poder participar en las historias que ya conocen. Hay que escuchar lo que dicen, preguntar para desarrollar el habla y la conversación, no perder los hábitos de la comunicación, leer habitualmente y facilitar medios para que se afiancen con la lectura.
De cuatro y medio a seis años vemos lectores casi autónomos y competentes, usan frases completas, empiezan a escribir, memorizar, coger los libros de manera correcta, se usan las lecturas compartidas, las que pueden fijar vocabulario, sin perder el sentido lúdico, cuentan historias, se reúnen experiencias (ellos cuentan experiencias). Se suele ir haciendo conscientemente.
De manera resumida, y de acuerdo a Piaget, podemos dividir todo esto en dos categorías, comprendiendo la primera desde los cero hasta los tres años, mientras que la segunda sería entre los tres hasta los seis años. Son las siguientes:
De manera resumida, y de acuerdo a Piaget, podemos dividir todo esto en dos categorías, comprendiendo la primera desde los cero hasta los tres años, mientras que la segunda sería entre los tres hasta los seis años. Son las siguientes:
- Estadio sensoriomotor (0 a 3 años): en este estadio, caracterizado por ser una etapa de ritmo y movimiento, nos encontramos con temas muy sencillos, lleno de sinsentidos, relacionados con el entorno que habita y elementos sensoriales: nanas, canciones... Con una estructura muy sencilla, carente de contenidos y con expresiones y frases realizadas de tal forma que lo pueda entender. En cuanto al formato del libro, suelen ser grandes, al igual que la letra y las ilustraciones que los acompaña.
- Estadio preoperacional (3 a 6 años): bastante parecido al anterior, esta etapa es de preparación y aprendizaje de la lectoescritura, y vemos temas también relacionados con el entorno que habita, a lo que se añaden fábulas y cuentos con cierto ritmo en el que se ven enseñanzas sobre la vida diaria. En cuanto a la estructura, vemos que también muy sencilla, en la cual, prima la sucesión de hechos sobre el mismo argumento, con expresiones fáciles de entender y hecho de tal manera que también se pueda leer de manera individual. En cuanto al formato del libro, también suelen ser grandes, al igual que la letra y las ilustraciones que los acompaña, teniendo más importancia que el propio texto.
- En la primera página, vemos cómo se cumple la característica que se refiere en cuanto al entorno que rodea al lector.
- En cuanto a la sucesión de hechos, aunque el argumento sea muy sencillo, es muy evidente. Hay dos páginas en la que se muestra eso.
- En esta página, podemos ver que las expresiones y frases del cuento son muy sencillas.
- En cuanto al formato del texto, vemos que las ilustraciones están por encima de los textos en cuanto a importancia; y los textos son grandes y escritos de tal forma que puedan ser entendidos perfectamente.




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